Los dos siguientes días, domingo y lunes, vamos a ver los colegios y sus huertas de Kamanar y Barancole, compruebo las mejoras que se hicieron desde la última vez que estuve, se hicieron aulas nuevas de ladrillo dejando en desuso algunas de las de chapa y paja. Las huertas escolares se nota que funcionan, aunque en época de vacaciones se abandonan hasta la vuelta. Los colegios también están cerrados por vacaciones por lo que no podemos depositar el material escolar allí. Se lo dejamos al Presidente de la Asociación en Thionck con un informe detallado de todo lo que depositamos, comprometiéndose él a entregarlo en el colegio en cuanto empiecen las clases.
Por la tarde Moussa nos avisa para ir a ver parte del material de las huertas. Nos informa de lo que es cada cosa y que están a la espera de recibir el resto que está en un taller de Bignona. Discutimos con él sobre lo poco que hay hecho del proyecto y la necesidad de que ajusten más el presupuesto o no mandaremos el dinero restante. Hablamos con el pocero que por fin apareció después de varias semanas de retraso y se compromete a tener los pozos terminados a finales de agosto. En la reunión con Moussa también están presentes J.Club y Bonis (presidente y tesorero de la asociación en Thionck Essyl) a los que hacemos y se hacen responsables de controlar la labor de Moussa.
El martes 7 de julio nos invitan a comer en el Campement de Thionck donde nos habíamos alojado en otras ocasiones. Hay una anécdota que quiero contar sobre lo que significa la solidaridad en África: éramos 10 o 12 personas en la comida, al terminar había sobrado bastante y lo retiran a la cocina, pasó un grupo de niños por el camino a los que llamaron para que entraran a comer lo que habíamos dejado, todos salieron dando las gracias por el regalo. Teniendo en cuenta que estas personas suelen comer una vez al día y que podían haberlo guardado para otro momento, me parece que esto es realmente solidaridad.
También “disfrutamos” de un baño en los manglares aunque con mucho recelo, al menos yo, por los bichos grandes o pequeños que nos podíamos encontrar.
El miércoles fuimos a ver el resto del material que había llegado de Bignona. Por la tarde tuvimos la reunión con las mujeres del GIE, vinieron unas 50, el diálogo con todas es complicado pues sólo unas pocas hablan francés, hay una cierta preocupación en sus miradas por nuestra exigencia de realizar los informes sobre cómo van los microcréditos ya que la persona que lo estaba haciendo no podía seguir con la labor. Tratamos de convencerlas de la necesidad de que haya una persona que las pueda ayudar, al preguntarles qué tipo de formación creen que necesitan, no saben contestarnos porque no pueden hablarnos de algo que no conocen. Al final deciden que Fatu Cuba las ayudará con la gestión y los informes de los microcréditos, es la profesora de informática en el pueblo y lo hará de manera desinteresada. La reunión acaba con el agradecimiento y los regalos que las mujeres nos hacen, un gallo, una gallina, una cesta de plátanos y unos collares y el baile y la música que nos brindan. Ha sido muy emocionante.
Por la tarde vamos a ver la piscifactoría que desde la sede de Francia se está ayudando a construir.
El día 10 voy a Abene con Bonis, el tesorero de la asociación en Thionck, vamos a mirar precios de una larga lista de cosas que en Thionck no hay como una bomba de agua, mosquitera, herramientas, colchones…con el fin de comprobar si es mejor comprarlo directamente allí. El trayecto serán unos 50 km pero se hace interminable, el calor, el bus…pero es una experiencia que merece la pena.
El domingo 12 de julio lo dedicamos a intentar repartir de manera equitativa entre algunas familias del pueblo con muchos niños, la ropa y calzado que llevábamos. Para la cena preparamos unas tortillas de patata que compartimos con algunos amigos que vinieron a cenar.
El lunes fuimos a ver cómo iban las labores de limpieza en la huerta de Barancole. No salimos especialmente contentas con lo que vimos aunque nos aseguraron que el proyecto estaría terminado en el tiempo previsto. Acordamos no enviar más dinero hasta que nos confirmaran que se habían hecho más cosas.
El martes por la mañana las tristes despedidas y una sensación contradictoria sobre lo hecho durante estos días.
Flor Baldó